HOTEL MACIÀ MONASTERIO DE BASILIOS ^{* * *}

El hotel se encuentra super bien ubicado, llegas a todos sitios en 10 min y si no en buses llegas en super poco tiempo a todos lados.

Los chicos de recepción super majos, nos han indicado en todo momento los buses que nos hacían falta para ir al mirador San Nicolas y la Alhambra indicándonos con un mapa y ubicándonos en todo momento.

Las habitaciones completas y limpias, tienen una nevera para dejar las bebidas.
En general una gran experiencia calidad precio! Muy útil para un fin de semana, volveremos!

Elegimos el hotel por la ubicación, porque íbamos a echar el día en Sierra Nevada y el autobús sale a 5min de el.

La habitación moderna, tranquila, calentita, limpia y grande. Hemos estado muy cómodos. Y cerca hay varias opciones de restauración de los cuales recomendamos ir a txoko vasco a 5min de allí y se come de maravilla.

Pd. Hemos llegado a la alambra, justos pero llegamos ;)!.

Muy bien hotel y muy bien ubicado

Esta perfecto excepto por el olor en la habitacion

El hombre de la recepción se muestra extremadamente maleducado y grosero. Piensa que puede controlar la entrada y salida de vehículos a su discreción. El monasterio, el colegio y la iglesia comparten la misma entrada. No existe ninguna prohibición para que los vehículos entren y salgan, especialmente cuando se trata de llevar a una persona con discapacidad a la misa diaria. Este individuo amenaza con llamar a la policía, pero es precisamente la policía la que confirma que es posible entrar y salir por la puerta de la iglesia siempre y cuando la cancela de entrada esté abierta y no haya señal vertical que prohíba hacer una parada. (Tampoco prohíbe el estacionamiento).

Si el hotel desea restringir la entrada y salida de vehículos, deberían comunicarse con tráfico del ayuntamiento y solicitar una señalización, un vado u otro medio para evitar la entrada de vehículos. Sin embargo, advierto que es probable que no se les conceda. Las personas que asisten a la misa, especialmente si son minusválidas, tienen el derecho de entrar a la iglesia, independientemente de la opinión de este señor.

Este señor no tiene facultad para regular el tráfico ni llamar a la policía , porque no está debidamente señalizada la entrada del hotel. En todos los hoteles de la ciudad hay una zona de subida y bajada de viajeros con señales verticales de prohibición. Aquí no.
Su responsabilidad radica en asegurar el bienestar de los clientes dentro del establecimiento (que, por cierto, debería gestionar eficientemente, ya que son numerosas las quejas de huéspedes sobre diversos problemas que enfrenta el alojamiento), en lugar de estar asomándose y vigilando si entra un coche o no para dejar a una persona en la iglesia.

Escribo la reseña por la mala educación y falta de empatía que ha demostrado este tiempo.

Seguiré entrando y saliendo hasta que me lo prohiba el Ayuntamiento. La Iglesia es un lugar público, y su acceso jamás podrá estar restringido y mucho menos por un individuo que exige como si tuviera poder para ello!!!